Lo que más me ha gustado del restaurante es su ubicación. El salón tiene un ventanal que se ve un paisaje sensacional mientras degustas sus platos, que la verdad están hechos con mucha gustosidad. Comida tradicional muy bien hecha y presentada y en cantidades muy razonables. Buena atención de los camareros y del servicio en general. Por eso desde aquí os recomiendo que lo visitéis.
Os dejo con las fotos de todo.
Las vistas desde las cristaleras de nuestra mesa.
Comenzamos con una ensalada muy fresquita.
Y el moje manchego: un plato con queso, mojama, palometa y taquitos de bacalao acompañado de tomate rallado con aceite, ajo y sal. Una ricura.
Una foto de parte del comedor.
Como plato principal casi todos nos decantamos por las Carrilleras en salsa. Estaban deliciosas. Muy bien hechas.
El postre fue Pudding de queso. Delicioso.
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