Casi que se me olvida la última vez que publiqué receta; fue el año pasado. No es que haya dejado de cocinar... (¡eso nunca!), pero quizá por falta de tiempo lo he dejado un poco apartado.
Tengo muchas recetas por publicar, muchas de ellas de Navidad, pero quería comenzar la primera receta del año con esta receta ligera y sabrosísima. Es una receta que me inventé sobre la marcha y que me gustó tantísimo que la he repetido ya varias veces. Y es que es tan sencilla, pero tan buena...
Para una comida de mediodía tomando una fruta o yogur como postre, constituye un menú sano y apetecible.
Os hablo un poco de la quinoa. Es un cereal que está "muy de moda" ahora. Hablan mucho de que es un superalimento... sí, para mi lo es, pero hay tantos superalimentos en nuestra dieta mediterránea, que me faltaría espacio para nombrarlos; hoy os muestro éste en concreto... y es que la quinoa es un cereal muy completo puesto que tiene presentes los cinco aminoácidos esenciales para el organismo, aparte de vitaminas, fibra, hierro, calcio, fósforo y otro dato importante es que no tiene gluten por lo que es apto para la dieta del celíaco. Aparte de eso me encanta su sabor. Por eso quiero animaros a que la probéis y la incorporéis como ingrediente en vuestros menús semanales. Animad a niños también a que la tomen; a mi sobrina le encanta. Hace poco la hice en ensaladilla con vinagreta de pimientos y le encantó.
La receta que os propongo es la mar de sencilla:
INGREDIENTES: (4 personas)
- 300 grs de quinoa cruda
- 1 pimiento verde grande
- 1 puerro grande
- 2 latitas de atún al natural
- Orégano
- Aceite de oliva y sal
PREPARACIÓN:
- Cocer la quinoa en agua con un poco de sal durante 15 minutos exactos (en realidad se cuece exactamente igual que el arroz; si lo haces en Thermomix se cuece con la misma receta de arroz blanco). Escurrir el agua y reservar.
- Cortar el pimiento y puerro en juliana y sofreír en la sartén con un chorro de aceite de oliva. Cuando este hecho este sofrito, incorporar la quinoa y remover y a continuación el atún de lata escurrido. Se le da un par de vueltas en la sartén, se espolvorea un poco de orégano o cualquier otra especia que nos guste y al plato.
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