No dejéis de probar este aperitivo tan sencillo y tan bueno, por supuesto con el sello "paz y gloria", es decir, de invención propia.
Así se hacen...
Cuece tantos huevos como quieras. Pártelos por la mitad a lo largo. Y riégalos con la salsa, que se hace batiendo aceite de oliva, con un diente de ajo, una ramita de perejil y un poco de sal.